viernes, 5 de diciembre de 2008

¡¡¡¡APLÍQUESELE!!!!

Si tuviera más paciencia………pero es que no la tengo. Soy impaciente, lo siento, lo que quiero lo quiero ya. Pero eso nunca me pasa con las cosas fáciles de conseguir. Siempre tengo interés en lo complicado, en lo difícil. Y cuanto más se me complique la cosa, más interés y más impaciencia me genera el asunto.


Debe ser humano, y seguramente le pase a todo el mundo, pero a mí la impaciencia me resta mucha tranquilidad, me quita parte de mi calidad de vida y entiendo que debería ser una variable controlable por una persona relativamente equilibrada (¿?) como yo. Pero no lo puedo remediar. La impaciencia me hace cometer errores, me hace estar irascible, me hace buscar alternativas que nunca tomaría si no en momentos de crisis y tirar de mis recursos más especializados agotándolos.


Eso sí, la impaciencia hace en mí el mismo efecto que la “nitro” en los coches. Es como ahora el famoso “PTP” (push to pass) de los coches de F1, te pone de 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos, pero con la diferencia, en mi caso, que el botón me lo pulsan, y a ver en que situación me pillan. Si voy por autovía con poco tráfico, bien, porque me da un “subidón” que me hace acordarme de que estoy vivo. Pero como me pulsen el “PTP” en carretera de montaña, lloviendo y con niebla, la hostia es segura. Y ese es el problema. Puede ser divertido, pero al final hay hostia.


Y todo por ser impaciente con las cosas que quiero. Por no tirar del repertorio de refranes de Don Camilo, que sabéis que “Tranquilidad y Buenos Alimentos” es consigna repetida por mí. Pero por favor ¡¡¡¡¡¡¡¡aplíquesele!!!! cuando sea menester y entonces otro gallo nos cantará.